Carta de José Miñones á súa nai antes de ser executado

Unha das cartas escritas por José Miñones antes de ser asasinado

            Prisión Provincial de La Coruña, 6, Octubre,1936

            Queridísima Mamá: tu carta de hoy me produce esa alegría natural de todas las cosas que proceden de los seres queridos, pero al mismo tiempo ese sentimiento de pena que da siempre, cuando se tiene el ánimo angustiado, todo aquello que viene a renovar los recuerdos que nos son más gratos. Me pasa esto mismo con las visitas de Maruja y de Papá: si no viniesen no sé lo que sería de mí; pero vienen, y, sin querer, quedo triste y más atormentado. Me pasa, también, con las fotografías de mis hijitos y de mi mujer: quiero verlas y besarlos a todas horas; pero cuando las veo y las beso, me acongojo más.  He meditado muchas veces si es que soy tan egoísta, que todo esto lo sufro por mí. Creo que no. Casi estoy seguro de que sufro y padezco por lo que los demás pueden sufrir y padecer por mí. Si yo estuviese seguro de que mi mujer –tu hija, que es, entre todas las mujeres de este Mundo, la mejor- no tendría penas, y de que era feliz, mi sentimiento se reduciría completamente. Padezco por ella, porque me parece que trabajé demasiado, me ocupé quizás más de lo debido de cuantos acudieron o precisaron de mí, y por esa esclavitud de mi propia vida, no di a la de Maruja, ni la alegría, ni la felicidad que merecía por todos conceptos. Ella, en este drama, es la víctima mayor.

            No te apenes por mis agravios a Dios. Si reviso mi conciencia, te digo, en verdad, que nada hubiera consentido de cuanto han podido significar persecuciones contra la Iglesia, ni contra nadie. Más bien las hubiera evitado, con toda la medida de mis fuerzas, y así lo procuré en más de una ocasión. Bueno, perfecto no hay nadie en el Mundo; y si el pedir perdón por todas las culpas es un sentimiento que acerca a la Misericordia, yo ese perdón lo pido, con toda el alma, a cuantos crean que tienen ofensas mías, y ojalá, si algún mal hice en esta vida, se me perdone a mí, con igual intensidad.

            No acongojes tu alma por lo que yo pueda pensar, pues nada me separó de mi religión-que es la tuya- ni de mi creencia de Dios.

            Con relación a la causa de mi situación actual, por El puedo jurar que jamás he tenido sentimientos de mal hombre, ni sentimientos de mal español. Si la fatalidad se pone en mi camino, yo la recibo con los brazos abiertos, y con resignación.

            No quisiera ni un odio, ni un agravio tras de mí. Te aseguro que a mis enemigos mayores, les dedico, también, gran parte del día, mi pensamiento y mi perdón.

            Si a vosotros-los que constituís el núcleo más cercano de mis cariños- os produjo algún daño o algún dolor, en alguna ocasión, mi carácter un poco extraño, perdonadme también. El cansancio, la fatiga del trabajo, quizás mi propio modo de ser, hizo que yo no llevase a casa, muchas veces la alegría que se debe a los demás.

            Tus medallas me acompañan, y también me acompaña el pensamiento en Dios. Ten, por todos estos motivos, la más completa tranquilidad. De hoy, y de siempre, Mamá.

            Y ahora a no sufrir nadie por mí, que es así como, en cualquier parte donde yo esté, se sentiría mi alma feliz.

            Os besa y abraza a todos, y no os olvidará nunca, tu hijo Pepe.

            Dale a Maruja esta cartita.

Carta de José Miñones á súa sogra

Prisión Provincial de La Coruña,6, Octubre,1936

Queridísima Mamá: tu carta  de hoy me produce esa alegría natural de todas las cosas que proceden de los seres queridos, pero al mismo tiempo ese sentimiento de pena que da siempre, cuando se tiene el ánimo angustiado, todo aquello que viene a renovar los recuerdos que nos son más gratos. Me pasa esto mismo con las visitas de Maruja y de Papá: si no viniesen, no sé lo que sería de mí; pero vienen, ¡ sin querer, quedo triste y más atormentado. Me pasa, también, con las fotografías de mis hijitos y de mi mujer: quiero verlas y besarlos a todas horas; pero cuando las veo y las beso, me acongojo más. He meditado muchas veces si es que soy tan egoísta, que todo esto lo sufro por mí. Creo que no. Casi estoy seguro de que sufro y padezco por lo que los demás pueden sufrir y padecer por mí. Si yo estuviese seguro de que mi mujer –tu hija- que es, entre todas las mujeres de este Mundo, la mejor no tendría penas, y de que era feliz, mi sentimiento se reduciría completamente. Padezco por ella, porque me parece que trabajé demasiado, me ocupé quizás más de lo debido de cuantos acudieron o precisaron de mí, y por esa esclavitud de mi propia vida, no di a la de Maruja, ni la alegría, ni la felicidad que merecía por todos conceptos. Ella, en este drama, es la víctima mayor.

No te apenes por mis agravios a Dios. Si reviso mi conciencia, te digo, en verdad, que nada hubiera consentido de cuanto han podido significar persecuciones contra la Iglesia, ni contra nadie. Más bien las hubiera evitado, con toda la medida de mis fuerzas, y así lo procuré en más de una ocasión.

Seguir lendo

Triste conta atrás, relato de Miñones

cartas-c_0

Terribles palabras de José  Miñones, onde vai contando ós que van levando

Foi fusilado en Punta Herminia no mencer do 2 de decembro 1936

“El 22 salimos al patio 9 condenados a muerte, solos, durante media hora.
El 23 sólo salimos 4 -habían ejecutado a 5; el 24 sólo salimos 2 -habían ejecutado a los otros dos.
Quedábamos, pues, ese día, el alcalde de Sada y yo.
Al alcalde de Sada lo llevaron de mi propia celda, para fusilarlo el día 27 de madrugada (a las 4 de la mañana)
¡Qué terribles momentos pasé!
Ahora me toca a mí; y me encuentro quizá más sereno que cuando vi la desgracia de los demás a mi mismo lado, durante estos cuatro meses de Calvario.
Creo, a pesar de todo, que mi cruz ha sido la mayor.
¡Dios perdone a los que han hecho tanto mal!”

Pepe Miñones. Prisión Provincial de A Coruña,

noche del 30 de noviembre al 1º de diciembre de 1936.

de Luís Lamela

Triste e desacougante carta de José Miñones ós seus fillos

foto fillos de pepe miñones.jpg

“Esta fotografía de mis hijitos, me acompañó en mis momentos de amargura. Sobre ella he llorado. La besé mil veces. Conservarla. Me quedo con otra igual, de tamaño más chico, y con la de Maruxiña, que me acompañarán en la muerte.
Aún ahora, al devolver esta foto, os doy, hijos míos, el beso de despedida. Cuando lleguéis a mayores comprenderéis que desgraciado me considero en estos instantes, en que para no turbar vuestra alegría de niños inocentes, tengo que daros el último adiós, sin poder estrechar vuestros cuerpecitos contra mi corazón.”

28 de Octubre de 1936. Prisión Provincial. La Coruña

José ( Pepe)  Miñones,  diputado nacional por Unión Republicana, foi fusilado en  A Coruña o día 2 de Dicembre de 1936

Fonte. Luís Lamela

Emilia Patiño, cosedora de bandeiras

emilia-patino

Emilia Patiño Fernández,  naceu na Coruña, en rúa  Mercado. Mentres que o seu pai era de procedencia obreira, avós mariñeiros nados en Mera, a súa nai era de orixe burguesa.

Emilia Patiño non se achantou cando neniña perdera ó seu pai Manuel Patiño Puerto, capitán da Guardia de Asalto asasiñado en Sevilla  por non unirse ó golpe.

Tampouco por non poder  estudar no colexio de orfos nin cando na  academia Galicia ó entrar na clase coa filla  do asasiñado  José Miñones lles decían: “los rojos a Rusia”.

Emilia Patiño asumíu un día  o encargo de persoas do PC e eses días mercou   telas roxas, marelas e moradas, e sacos e cordas. En dous días rematounas de coser.

E o primeiro de maio de 1946 a cidade de A Coruña  espertou cun cento de  bandeiras republicanas colgadas pola cidade, unha delas diante do edificio de Falanxe na plaza de Pontevedra.

Emilia é detida e xulgada. Ela mesma comenta que o día que saía dos calabozos para ser enviada ao cárcere, puido ver como un dos carniceros que había daquela na rúa de Panaderas, entraba a quedarse a durmir nos calabozos para evitar que a guerrilla o fóra deter ás súa casas.

Pasou seis meses e un día no cárcere da Coruña.

Recorda no video  a vida e a ideoloxía do seu pai, a súa ideoloxía republicana, o asesinato de amigos do seu proxenitor e del mesmo, a infancia e os recordos na súa cella.

En la cárcel me metieron en un calabozo con una ventanita allá arriba y un petate una especie de colchoneta hecho con hojas de maíz.

En el juicio, después de acusarme de lo que les dio la gana, el fiscal , cuando terminó todo se dirigió la publico y dijo :

-¿Ustedes saben estos hombres de donde vienen y a donde van? ¡Vienen de Rusia y van a sojuzgar al pueblo español!

Estuve con  Fina Grañas,  prima de Foucellas, Paca Souto, porque en su casa había estado Foucellas y a su marido lo llevaron preso ocho  años de cárcel al penal de Burgos. Despues quedamos  Enriqueta Otero y yo. Poco después vinieron dos mujeres una madre y una hija porque avisaron a los guerrilleros que venía la guardia civil y las cogieron porque iban a llevar un papel al consulado inglés de Coruña, cuando las cogieron  se tragaron el papel.

En la cárcel asesinaron a Manolito Bello y no dejaron salir a nadie. Fue un día muy triste.