Jesús Arangüena Arangüena, detido por ser “afecto” ao gobernador

Tomamos do investigador Luís Lamela a biografía deste republicano.

“Jesús Arangüena Arangüena estudiaba en junio de 1919 el segundo curso en el Instituto de Burgos. Después estudió Medicina y prestó servicios como médico hasta 1930 en la Casa de Salud de Valdecilla, dependiente de la Diputación provincial. En julio de 1931, y por virtud de oposición, Jesús fue nombrado médico clínico de los servicios de Profilaxis pública de A Coruña, médico Jefe Sección de Venereología y Lepra, de la Inspección Provincial de Sanidad. Y en abril de 1933 inauguró una consulta pública y gratuita para el tratamiento de enfermedades venéreas, junto con el prácticamente Ricardo García Lago. En febrero de 1935 se casó con María del Pilar Berea Ucha.

Militante de Izquierda Republicana y representante de los candidatos del Frente Popular para fiscalizar en la provincia de A Coruña el proceso electoral de febrero de 1936, los militares sublevados le acusaron en agosto de 1936 de ser muy afecto al último gobernador civil de la República. Por ese motivo fue encarcelado durante los primeros meses de la sublevación de Francisco Franco, además de depurarlo de su trabajo. No obstante, en septiembre de 1936 aparece entre los donantes para la defensa de la Patria con 18,25 pesetas, en tanto que en agosto de 1937 le ratificaron la suspensión de empleo y sueldo del Instituto Provincial de Higiene, visitando en esos días, concretamente el 7 de agosto de 1937, el despacho del Gobernador civil González Vallés para protestar por aquella decisión. El informe emitido por la policía para su depuración dice que Arangüena estuvo:“Afiliado a Izquierda Republicana, en sus conversaciones siempre se manifestó como afectísimo del Frente Popular y fue uno de los afiliados a Izquierda, que unos días antes de estallar el Glorioso Movimiento, se pusieron incondicionalmente a disposición del último Gobernador del Frente Popular, como incondicional para defender la situación de izquierdas, según datos que obran en esta Dependencia”.

En febrero de 1945 tenía el título de beneficiario de familia numerosa y en octubre de 1946 estaba al frente de una clínica de dermatología y venereología en la calle San Blás, 1. En marzo de 1952 ejercía de director del Dispensario contra la lepra, dermatosis y enfermedades sexuales y en el mes de septiembre de 1954 fue otra vez promovido para el empleo de médico de la Lucha Antivenérea Nacional, con destino en A Coruña. Y en diciembre de 1963 fue elegido representante de los médicos libres para la junta directiva del Colegio Médico.

Jesús Arangüena falleció en A Coruña el 19 de noviembre de 1977 y pocos días después de su fallecimiento apareció en la sección “Cartas al director” un texto del doctor Álvaro Urgorri, residente en Madrid, que decía que:

“…Era en efecto Jesús Arangüena, un hombre austero, sencillo, sereno, serio y alegre al mismo tiempo; era además, y quizá ésta su más bella cualidad, incorruptible. No tenía ninguna ambición, ni de dinero, ni de fama, ni de poder. Pienso que su único afán era ser siempre el mismo, en todas las circunstancias y en cualquier circunstancia y en cualquier contingencia, y lo fue durante toda su vida pese a los avatares y peligrosas presiones a las que en un tiempo se vio sometido. Jamás claudicó y siguió siempre los dictados de su exigente conciencia”…

(Luis Lamela)

“Jesús Arangüena Arangüena estudiaba en junio de 1919 el segundo curso en el Instituto de Burgos. Después estudió Medicina y prestó servicios como médico hasta 1930 en la Casa de Salud de Valdecilla, dependiente de la Diputación provincial. En julio de 1931, y por virtud de oposición, Jesús fue nombrado médico clínico de los servicios de Profilaxis pública de A Coruña, médico Jefe Sección de Venereología y Lepra, de la Inspección Provincial de Sanidad. Y en abril de 1933 inauguró una consulta pública y gratuita para el tratamiento de enfermedades venereas, junto con el prácticamente Ricardo García Lago. En febrero de 1935 se casó con María del Pilar Berea Ucha.

Militante de Izquierda Republicana y representante de los candidatos del Frente Popular para fiscalizar en la provincia de A Coruña el proceso electoral de febrero de 1936, los militares sublevados le acusaron en agosto de 1936 de ser muy afecto al último gobernador civil de la República. Por ese motivo fue encarcelado durante los primeros meses de la sublevación de Francisco Franco, además de depurarlo de su trabajo. No obstante, en septiembre de 1936 aparece entre los donantes para la defensa de la Patria con 18,25 pesetas, en tanto que en agosto de 1937 le ratificaron la suspensión de empleo y sueldo del Instituto Provincial de Higiene, visitando en esos días, concretamente el 7 de agosto de 1937, el despacho del Gobernador civil González Vallés para protestar por aquella decisión. El informe emitido por la policía para su depuración dice que Arangüena estuvo:

“Afiliado a Izquierda Republicana, en sus conversaciones siempre se manifestó como afectísimo del Frente Popular y fue uno de los afiliados a Izquierda, que unos días antes de estallar el Glorioso Movimiento, se pusieron incondicionalmente a disposición del último Gobernador del Frente Popular, como incondicional para defender la situación de izquierdas, según datos que obran en esta Dependencia”.

En febrero de 1945 tenía el título de beneficiario de familia numerosa y en octubre de 1946 estaba al frente de una clínica de dermatología y venereología en la calle San Blás, 1. En marzo de 1952 ejercía de director del Dispensario contra la lepra, dermatosis y enfermedades sexuales y en el mes de septiembre de 1954 fue otra vez promovido para el empleo de médico de la Lucha Antivenérea Nacional, con destino en A Coruña. Y en diciembre de 1963 fue elegido representante de los médicos libres para la junta directiva del Colegio Médico.

Jesús Arangüena falleció en A Coruña el 19 de noviembre de 1977 y pocos días después de su fallecimiento apareció en la sección “Cartas al director” un texto del doctor Álvaro Urgorri, residente en Madrid, que decía que:

“…Era en efecto Jesús Arangüena, un hombre austero, sencillo, sereno, serio y alegre al mismo tiempo; era además, y quizá ésta su más bella cualidad, incorruptible. No tenía ninguna ambición, ni de dinero, ni de fama, ni de poder. Pienso que su único afán era ser siempre el mismo, en todas las circunstancias y en cualquier circunstancia y en cualquier contingencia, y lo fue durante toda su vida pese a los avatares y peligrosas presiones a las que en un tiempo se vio sometido. Jamás claudicó y siguió siempre los dictados de su exigente conciencia”…

(Luis Lamela)

Deixar un comentario